Estábamos bajo mínimos de papel contínuo marrón en el cole, pero nada nos ha impedido construirnos nuestra super cueva de cromañones. Gracias a las cajas del floristero de fuera del cole y unas pieles que ha traído nuestro compañero Adam y su mamá, este es el resultado. Pasamos unos momentos muy divertidos tanto construyéndola como metiéndonos dentro de ella.
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